Esta frase significa «En el vino está la verdad». Los romanos la usaban para señalar que, bajo los efectos del vino, las personas suelen revelar sus pensamientos más sinceros.
Es una expresión ingeniosa para bromear en reuniones sociales, especialmente si alguien empieza a hablar de más después de un par de copas. Si alguien te pregunta qué significa, tienes la excusa perfecta para presumir tu conocimiento de latín mientras animas la conversación.