Los cometas son fenómenos celestes que han capturado la imaginación humana desde tiempos antiguos, y el latín sigue siendo utilizado para nombrarlos. Tradicionalmente, los cometas que llevan el nombre de los astrónomos o descubridores se registran en latín, como un homenaje al legado científico de quienes los identificaron. Además, en muchos casos, el latín se utiliza para describir sus características más sobresalientes, como la apariencia o la órbita.
Un ejemplo famoso es el Cometa Hale-Bopp, que lleva el apellido del astrónomo que lo descubrió. Sin embargo, otros cometas reciben nombres como Cometa C/2020 F3 o Cometa NEOWISE, basados en la tradición de usar un sistema binario para su denominación. Esta convención asegura que, independientemente de la cultura o el idioma, todos puedan identificar y estudiar estos cuerpos celestes bajo un mismo sistema de clasificación.