El latín continúa presente en documentos legales, inscripciones oficiales y terminología jurídica. Expresiones como habeas corpus (tienes el cuerpo), pro bono (por el bien público) o prima facie (a primera vista) son ejemplos cotidianos de cómo el latín aporta claridad y precisión al lenguaje jurídico.
Además, muchas universidades y organismos internacionales, como el Vaticano o incluso la Corte Internacional de Justicia, emplean inscripciones y lemas en latín, subrayando su carácter universal y solemne. Así, el latín mantiene su lugar como símbolo de tradición y erudición.