A pesar de ser reemplazados en la práctica cotidiana, los números romanos sobrevivieron en contextos simbólicos y decorativos:
- En inscripciones monumentales, para dar una apariencia clásica y solemne.
- En relojes, capítulos de libros, enumeración de papas y reyes (por ejemplo, Juan Pablo II, Carlos V).
- En eventos como los Juegos Olímpicos o la Super Bowl, donde aportan un toque tradicional.
De este modo, el alfabeto latino y los números árabes convivieron como pilares de la escritura y la numeración en Europa, unificando el saber y facilitando el progreso cultural y científico. Las próximas semanas hablaremos de cómo se propagaron los números árabes a través de Al-Ándalus y en la evolución de los manuscritos medievales.