Entre las expresiones latinas más conocidas y utilizadas en la actualidad, quid pro quo ocupa un lugar destacado. Sin embargo, pocas veces se utiliza con su verdadero significado. Literalmente, esta frase significa “algo por algo” y hace referencia a un intercambio equitativo: dar algo a cambio de recibir otra cosa. En el latín clásico, su uso era claro y directo, asociado al trueque o acuerdos mutuamente beneficiosos. Pero también, y puede que mayoritariamente, viene a describir una equivocación, “he usado esta palabra en lugar de esta otra”.
En inglés contemporáneo, especialmente en el ámbito político y legal, quid pro quo ha adquirido connotaciones más complejas, a menudo relacionadas con favores indebidos o corrupción. Este cambio de significado refleja cómo el contexto cultural puede moldear una expresión, pero también subraya la necesidad de regresar a las fuentes.
Por otro lado, si buscamos una expresión más precisa para referirnos a un acuerdo recíproco, encontramos do ut des, que significa “doy para que des”. Esta fórmula tiene un origen jurídico y religioso, utilizada en la antigua Roma para describir un pacto basado en la reciprocidad, especialmente en el contexto de sacrificios a los dioses. Mientras que quid pro quo enfatiza el intercambio de cosas o la equivocación, do ut des destaca la intención mutua detrás de ese intercambio. Al comprender la diferencia entre estas expresiones, no solo recuperamos su pureza original, sino que también aprendemos a usar el latín como una herramienta precisa para la comunicación. Porque las palabras, incluso las más antiguas, tienen un poder que trasciende los siglos.